El final de este 2020 nos encuentra con una compleja agenda de trabajo legislativo. El intempestivo tratamiento de los proyectos de IVE y Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia (MIL DIAS) nos convocó a una profunda reflexión.
Acompañamos el dictamen del proyecto MIL DIAS, que generará herramientas para reducir la mortalidad y la mal nutrición, mejorando el desarrollo físico y emocional y la salud integral, y prevenir la violencia sobre las madres, personas gestantes y la primera infancia.
Compartimos su espíritu y creemos que sólo desde las oportunidades reales que una intervención efectiva del Estado puede dar, podemos proponer mejoras.
Hoy ratifico mi deseo y voluntad de proteger la vida como un valor fundacional para nuestro Estado, consolidada en nuestra constitución como programa y guía de nuestro futuro como Nación.
No acepto la interrupción del embarazo, como tampoco acepto la muerte de mujeres que en condiciones de clandestinidad pierden su vida. No apoyo el condicionamiento y la confusión que promueven los argumentos que me lleven a elegir entre una y otra. Ambas son igual de importantes.
Tal como fue el debate de 2018, este nuevo proyecto no logra salvar sus contradicciones: suponer que la IVE va a traer una disminución de muertes y que las causas que provocan embarazos no deseados (el verdadero origen del problema) van a resolverse. Celebro el debate alcanzado y espero que mañana podamos enriquecer aún más el trabajo logrado.