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“Siempre me sobrepuse a mucha discriminación en la política”

Fortalecer y reconducir el FONAVI

La diputada nacional Soledad Carrizo se encuentra trabajando con el objetivo de visibilizar el trabajo que llevan adelante dentro del partido y promover la participación de mujeres en las listas. Carrizo aborda la participación de la mujer en la política: “Necesite del apoyo de políticos de mayor experiencia en mis inicios y ahí fue cuando me discriminaban”, asegura. “En definitiva, lo que necesitaba era la aprobación de un hombre”, recuerda.

Soledad Carrizo tiene para contar su historia personal, “yo vengo de una familia donde se convivía diariamente con la política. En los almuerzos, en las juntadas. En los pueblos chicos es diferente a lo que se vive en Córdoba. Te tenés que comprometer en la vida social, en los clubes, con la cooperadora del colegio, o para cambiar la realidad de un hospital. La política está y estuvo siempre presente”, comenta haciendo referencia a Villa Quilino, el pueblo donde nació, se crió y lo gobernó como intendenta durante dos mandatos consecutivos.

Desde la escuela secundaria hasta la actualidad, Carrizo nunca abandonó la causa social. No obstante, recién en el 2001 la política se convirtió en su camino profesional. Ya recibida de abogada, retornó a Villa Quilino y se instaló definitivamente, y su militancia comenzó a tomar forma.

“Junto a un grupo de jóvenes decidimos que queríamos cambiar la realidad de nuestro pueblo. Deseábamos que nuestra comunidad se aggiornara a los desafíos que veíamos como juventud”, comenta Carrizo. De ese núcleo fue desde donde surgió su candidatura a la intendencia, que se concretó finalmente en 2007.

“Fue toda una novedad. Yo era mujer, joven, en un pueblo del norte, con conservadurismos propios de esas estructuras. No me daba cuenta de lo que enfrentaba, no era consciente. Pero puse lo mejor para enfrentarlo y me sobrepuse a ciertas cosas de las que tal vez hoy puedo decir: ‘eso era discriminación’. Pero no me daba cuenta”.

“Mi liderazgo debía sobrepasar desafíos muy grandes, pero sobre todo, generar confianza. Los jóvenes apoyaban la candidatura. En cambio, los votantes de más de 45 años no tanto. Había que perforar esa barrera”, agrega la actual diputada.  

Ser electa en esas condiciones no fue fácil para Carrizo. “Claramente necesité del apoyo de políticos con mayor experiencia que me acompañaran, que insistieran en que yo era la referente. En ese momento conté con la ayuda de Eduardo Angeloz, que fue casa por casa insistiendo a esos ‘viejos radicales’. Fue notable y fue clarísimo: necesitaba la aprobación política de un hombre”, comenta.

A la hora de pensar el rol de las mujeres en los espacios de militancia política, Carrizo no ignora la cruda realidad. “Nuestro partido, en ese sentido, era muy difícil”. “He tenido una vida partidaria muy intensa porque soy militante. Pero integrar la Unión Cívica Radical, como mujer, fue un desafío. Siempre sentí mucha apertura por parte de mis colegas, nunca me sentí discriminada, pero también siempre fui de reclamar los espacios que las mujeres deben tener”.

“Una vez me llamaron para ser vicepresidenta del partido y termine de secretaria. Claro, tenía que venir otro dirigente, un hombre. Y terminaron siendo tres varones en nombre de la trayectoria. Yo refunfuñé, pero insistí. Siempre supe que no hay que abandonar los espacios porque los lugares se pelean desde adentro”, recuerda. 

Las elecciones legislativas de 2013 fueron un gran desafío para Carrizo. “Era una campaña que en primer lugar no dirigía yo al cien por ciento. Ingresé a una lista donde el liderazgo era de otra persona y, generalmente, el que lidera la lista es el que marca las definiciones. Y en segundo lugar, yo venía del interior”, señala.

La lista en cuestión estaba integrada en primer lugar por Oscar Aguad, quién apostó a su candidatura, con la cercanía de Ramón Mestre, intendente de la ciudad de Córdoba en aquel entonces. “Estaba entre dos apellidos muy grandes. Antes de las Paso, mi nombre no figuraba en la campaña” recuerda. “Hoy, por suerte, ya no se discute que tiene que haber una foto del binomio. Sin mujeres, no”, concluye.

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